Mujer denuncia injusticia tras ser acusada de agresión
- Por defenderse de violencia doméstica
En un lamentable caso de violencia doméstica y aparente injusticia, la señora Nimia Rengifo Rodríguez ha sido acusada de agredir a un adulto mayor, Elías Curichimba Manuyama, de 80 años, pese a que, según su testimonio, ella fue la víctima de una brutal agresión por parte del mismo individuo.
El incidente tuvo lugar durante las festividades de San Juan, una celebración profundamente arraigada en la región. Según la versión de la señora Rengifo, su madre y ella se encontraban en su domicilio cuando Elías Curichimba, en estado de ebriedad, irrumpió en la vivienda. En un ataque de furia, el hombre habría comenzado a agredir tanto a la señora Nimia como a su propia pareja, una anciana que, debido a su avanzada edad, tiene movilidad reducida.
A pesar de la violencia sufrida, la señora Rengifo optó por no denunciar inicialmente el incidente, buscando evitar complicaciones mayores con Curichimba y considerando la avanzada edad del agresor. Sin embargo, la situación tomó un giro inesperado cuando las hijas de Elías Curichimba presentaron una denuncia en su contra, acusándola de haber agredido al hombre.
Nimia Rengifo, visiblemente afectada por lo que considera una injusticia, ha denunciado públicamente que la versión de los hechos presentada por las hijas del hombre es completamente distorsionada. Según su relato, ella actuó únicamente en defensa propia y en defensa de su madre, quien también fue víctima de la agresión.
La señora Rengifo enfrenta ahora una situación crítica, ya que no cuenta con los recursos económicos necesarios para contratar una defensa legal adecuada que le permita enfrentar las acusaciones. Este caso pone en evidencia las dificultades que enfrentan las víctimas de violencia doméstica cuando deciden defenderse, especialmente cuando el agresor es una persona de edad avanzada, lo que a menudo complica la percepción pública y legal de los hechos.
Las autoridades deben actuar con diligencia y objetividad en este caso, tomando en cuenta todos los testimonios y pruebas disponibles. No se debe permitir que una víctima de violencia doméstica sea revictimizada por un sistema que, en ocasiones, tiende a favorecer al agresor bajo la excusa de su edad o condición física.
Este caso debe ser un llamado a la sociedad para reflexionar sobre cómo tratamos los casos de violencia doméstica, especialmente cuando involucran a adultos mayores. La justicia debe ser imparcial y proteger a todos los ciudadanos, sin distinción, asegurando que aquellos que se defienden de la violencia no sean injustamente criminalizados.