Terror en las orillas del Itaya
•Agricultores son asaltados por piratas del río
En una noche que se tornó en una pesadilla, dos agricultores vivieron momentos de terror al ser asaltados y torturados por un grupo de piratas del río en el caserío San Agustín, a orillas del río Itaya, en el distrito de Iquitos. El incidente, que ha conmocionado a los vecinos de la zona, ocurrió mientras los agricultores descansaban y cuidaban sus botes, desprevenidos ante el brutal ataque que estaba por suceder.
Los asaltantes, un grupo de aproximadamente ocho delincuentes armados, irrumpieron en la tranquilidad de la noche, abordando a estas personas con violencia extrema. Salustino Apuela Najar, de 67 años, y Segundo Majín Chota, de 58 años, fueron sometidos a tortura por los criminales, quienes, sin piedad, los golpearon y amenazaron de muerte para obtener lo que buscaban.
El asalto resultó en la pérdida de dos motores, una retrocarga, una motosierra, machetes, palas y dinero en efectivo, elevando el valor total de lo robado a aproximadamente 3 mil soles. Apuela y Majín no solo perdieron sus herramientas de trabajo y sus ahorros, sino que también sufrieron un profundo impacto emocional tras los terribles momentos que vivieron, en los que temieron por sus vidas.
El caso ha sido denunciado a las autoridades, quienes han iniciado las investigaciones correspondientes. Sin embargo, la preocupación en la población es creciente, ya que los asaltos por piratas del río se han vuelto cada vez más frecuentes en las zonas rurales y ribereñas de la región. La inseguridad en los ríos, que son arterias vitales para el transporte y comercio en la Amazonía peruana, representa un peligro latente para los agricultores y comerciantes que dependen de estas vías para subsistir.
Apuela y Majín fueron trasladados a un centro de salud donde recibieron atención médica, aunque las secuelas psicológicas de la tortura podrían tardar mucho más en sanar. Los habitantes de San Agustín exigen una respuesta inmediata de las autoridades para garantizar su seguridad y evitar que más ciudadanos se conviertan en víctimas de estos peligrosos delincuentes.
La situación actual pone en la necesidad urgente de reforzar la vigilancia y la presencia de las fuerzas del orden en las zonas ribereñas, para proteger a los agricultores y demás pobladores de los ataques cada vez más violentos de los piratas del río. Los vecinos de este sector permanecen en alerta, esperando que se haga justicia y que se tomen medidas concretas para asegurar su tranquilidad.